Podemos pasar días sin comer, sin beber, pero cuánto tiempo podemos pasar sin respirar. Es increíble la poca importancia que damos a nuestra función principal para estar vivos, sin embargo, solamente le prestamos atención cuando nos falta.

La mágia de una buena respiración consciente.


La respiración es mágica, cuando aprendemos a dirigirla a ser conscientes de ella, nos damos cuenta que podemos llevar las riendas de nuestra forma de vivir. A través de ella no solo puedo hacer que mi organismo funcione mucho mejor, sino que puedo llevar el control de la mente.


La vida sobre agitada que nos impone la civilización moderna alcanza a toda la sociedad desde los niños a los más longevos, las depresiones nerviosas son incontables. Esta tensión perpetua tiene efectos desastrosos; el hombre crispado, agotado, arruina lenta pero seguramente su salud.


Tenemos una función primordial seriamente afectada en el hombre LA RESPIRACIÓN. Esta se vuelve superficial, y por lo tanto insuficiente, porque el sistema respiratorio en la mayoría de los casos trabaja a una baja capacidad, lo suficiente para mantenernos vivos.

Consecuencias de una mala respiración


Las consecuencias son ante todo, una acumulación de desechos gaseosos que en lugar de ser expulsados, permanecen en el organismo acumulándose. De forma paralela se produce una asfixia oculta. ¿Cómo puede esperarse en estas condiciones que el organismo permanezca con buena salud?